El reno de Sara era un reno convencido de su renez hasta que su camino se cruzó con el del panda-conejo Pepín. "Es un simple conejo de monte. -se dijo para sí-. Gigantesco, pero un simple conejo de monte".
Como el reno de Sara era un reno normal, al principio no se percató de que el conejo Pepín era un antiguo y gordito guardián del bosque de Alcalá de Henares. Sin embargo, con el paso de las horas veía con estupor cómo el conejo se mimetizaba con otras criaturas a capricho. De buena mañana podía ser un gato-conejo, al mediodía un conejo-garbanzo, y a las 18.30 de la tarde, hora cristiana de la mirienda, ya podía ser tranquilamente un conejo-libélula. Su favorito, es el de hoy, el conejo-panda.
Como el reno, fascinado, quería seguir sus pasos mimetizadores, ha probado a ser un solemne reno-ciervo-gacela thompson, para empezar, ya que no es un gran cambio; y ha erigido a nuestro Pepín como su maestro y mentor.
Por supuesto, todo esto para justificar que al estar de mudanza no tenía internet para ver renos, y eché mano del cuento desplegable de Bambi y de mis vagos recuerdos sobre Pepín XD
No muestra para nada lo dulce y creativa que es nuestra Sara, pero al menos espero que Pepín esté así de gordito y feliz :D